Un estudiante del Zen acudió a Bankéi y le planteó su problema: -Maestro, tengo una irascibilidad ingobernable. ¿Cómo puedo curármela?
Tienes una cosa muy extraña -respondió Bankéi-. Quisiera verla.
-Ahora mismo no puedo mostrársela- repuso el otro.
-¿Y cuándo me la puedes mostrar? -preguntó Bankéi.
-Me viene de improviso- explicó el estudiante.
-Entonces -concluyó Bankéi- no ha de ser de tu propia y verdadera naturaleza. si lo fuera, podrías mostrármela en cualquier momento. Cuando naciste, no la tenías; y tus padres no te la dieron. Piénsalo bien.
Recopilación de Cuentos Breves Zen. Sabiduría oriental para reflexionar...
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